LA COMUNIDAD: “Hermanas Maestras de Santa Dorotea Hijas de los Sagrados Corazones”

Fue fundada por San Giovanni Antonio Farina, el 11 de noviembre de 1836, en Vicenza (Italia), para dar respuesta a las necesidades de atención y formación de la niñez y juventud femenina del siglo XIX. El fundador comienza recogiendo a las niñas pobres de la ciudad a las que proporciona alimento, vestido e instrucción; con el tiempo, su primera escuela se abrirá también para las niñas ricas y posteriormente atenderá a la instrucción y educación de sordomudas (1840) y ciegas (1849).

La Congregación se extiende rápidamente por el norte de Italia con comunidades dedicadas a la educación, pero ya en 1846 se empieza a atender a ancianos y a enfermos en residencias, en hospitales y a domicilio.

Actualmente hacen presencia se encuentran en: Brasil, Colombia, Costa de Marfil, Ecuador, España, India, Israel, Italia, Jordania, México, Palestina, Polonia, Siria, Suiza, Togo y Ucrania

Su carisma está enfocado a la educación y la asistencia pastoral de enfermos y ancianos.

EL FUNDADOR GIOVANNI ANTONIO FARINA

Nació en Gambellara (Vicenza) el 11 de enero de 1803. Recibió la primera formación de su tío, sacerdote que fue su maestro en la ciencia y en el espíritu. Con 15 años entró en el seminario diocesano de Vicenza y se distinguió por su caridad y dedicación al estudio, hasta el punto de recibir cuando todavía era estudiante de teología el encargo de enseñar a los alumnos más pequeños.

El 14 de enero de 1927 fue ordenado sacerdote. Continuó enseñando en el seminario y desempeñó varios cargos: capellán en la parroquia de San Pedro de Vicenza y director de la escuela pública y superior de Vicenza. En 1836 fundó el Instituto de las Hermanas Maestras de Santa Dorotea Hijas de los Sagrados Corazones, para la educación de niñas pobres, sordomudas, ciegas, y para la asistencia de los enfermos y ancianos. En 1839 obtuvo del Papa Gregorio XVI el decreto de alabanza para el Instituto, consiguiendo salvarlos de las leyes italianas de supresión de 1866.

En 1850, cuando fue nombrado obispo de Treviso, fue definido “el hombre de la caridad”. Regentó la diócesis durante 10 años y en 1860 fue trasladado a Vicenza, donde permaneció 28 años, hasta su muerte. En ambas diócesis impulsó un amplio programa de renovación a través de la visita pastoral, el sínodo diocesano, las asociaciones parroquiales para la atención de indigentes, hasta el punto de ser llamado “el obispo de los pobres”. Cuidó de forma especial la formación del clero, reorganizó las escuelas de doctrina cristiana, promovió la prensa católica y apoyó el desarrollo del Movimiento Católica. En 1869 participó en el Concilio Vaticano I, en el que sostuvo la infalibilidad pontificia, suscribiendo las peticiones de definición del dogma.

Los últimos años de su vida estuvieron marcados por los públicos reconocimientos de su labor apostólica y su caridad, pero también por fuertes sufrimientos e injustas acusaciones frente a las cuales él reaccionó con el silencio y el perdón.

Murió el 4 de marzo de 1888, dejando una profunda huella en la diócesis por su celo pastoral y por la caridad realizada a través de las religiosas de su Instituto. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 4 de noviembre de 2001 y canonizado por el papa Francisco el 23 de noviembre de 2014.

SANTA MARÍA BERTILLA

Nació el 6 de octubre de 1888 en la parroquia de Gola de Brendola (Vicenza), y fue bautizada con el nombre de Ana Francisca, a los 17 años de edad obtuvo el permiso de ingresar entre las Maestras de Santa Dorotea en Vicenza, en donde hizo el noviciado y sus primeros votos temporáneos. Después pasó a Treviso, en donde prestó sus servicios con dedicación y humildad, en el hospital hasta su muerte, el 20 de octubre de 1922.

 

Se graduó de enfermera para poder ser más útil a los enfermos, a quienes asistía hasta de noche en remplazo de sus cohermanas. Sor Bertilla fue un ejemplo de entrega y obediencia, en cada una de las labores que desempeño es reconocida por la frase: “A Dios toda la gloria, al prójimo toda la alegría y para mí todo el sacrificio”

 

Murió a los 34 años de edad. Fue beatificada en 1952, y canonizada por Juan XXIII el 11 de mayo de 1961.

 

SANTA DOROTEA

 

Virgen y mártir, sufrió martirio durante la persecución de Diocleciana, el 6 de febrero del año 311, en Cesárea de Capadocia (Turquía). Fue llevada ante el prefecto Sapricio, y fue juzgada, torturada, y sentenciada a muerte. En el camino al lugar de ejecución el abogado pagano Teófilo le dijo en burla: «Novia de Cristo, envíeme un poco de fruta del jardín de su novio.»

Dorotea se representa junto con un ángel y con una corona de flores. Se la considera como la patrona de los jardineros.

 

Llevó una vida muy austera. Numerosos visitantes buscaron su consejo y consuelo, tenía visiones y revelaciones. Su confesor, el diácono John de Marienwerder, un sabio teólogo, escribió sus conversaciones y una biografía en latín de siete libros, «Septililium», además escribió en alemán su vida en cuatro libros. Nunca fue canonizada formalmente, pero el pueblo la ha honrado como la protectora del país de la Orden Teutónica y Patrona de Prusia.

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